Estos meses de confinamiento e incertidumbre, sin duda, nos ha hecho reflexionar en muchas cosas:
La primera que nos ha venido a la mente a muchos es las debilidades que tenemos y de las que no somos conscientes. Hasta que ha llegado la pandemia nos habíamos reflexionado sobre la manera de planificar la actividad de las empresas. Muchas de éstas viven (o sobreviven) prácticamente al día. Esto produce que cuando hay algún cambio más o menos importante toda la estructura se viene abajo. Después de una crisis, lo mejor es mirar hacia el futuro, peor no debemos dejar pasar la oportunidad para corregir aquellas deficiencias con la que nos hemos encontrado.
Las segunda idea que hemos tenido que pensar es por qué las algunas empresas han salido mas o menos indemnes, y otras sin embargo, han caído en el primer asalto. La respuesta es clara. Las empresas que menos han notado los efectos de la crisis son las que han realizado una buena planificación estratégica. Las que han llevado a cabo un plan de negocio y han tenido en cuenta varios escenarios, incluso alguno tan caótico cómo el actual
Después de hacer los planes de contingencia adecuados, hay que ir pensando en el futuro, en el día después de esta crisis sanitaria, tal como ya empiezan a adelantar los periódicos económicos, toda empresa debe tener claro las reglas básicas del control de negocio:
– Plan de Viabilidad.
– Plan de Negocio.
Y se realiza el seguimiento con dos reglas básicas:
– Cierre Contable Mensual.
– Control de la Tesorería.